EL CARTEL Y SUS MOTIVOS
- Beatriz Galiano
- 8 may 2018
- 1 Min. de lectura
Sólo tiene verdadera vocación por algo quien no es capaz de vivir sin realizarla. Yo no sé vivir sin pintar, sin dibujar, sin esculpir… Pero, además, cuando se trata de Raphael, se me hace imposible no expresar cuánto le admiro, cómo le quiero. Y ante un acontecimiento como este, ser distinguido como hijo predilecto de Linares, mi gozo es irrefrenable, de rienda suelta por la alegría y la felicidad.
Fija la Academia Española la definición de predilecto en quien es “preferido por amor o afecto especial”. Es un buen núcleo de palabras para honrar una vez más a Raphael, un buen punto de partida para alguien que no ha conocido límites a su arte.
He pretendido pintar este día con color de historia, la historia con presente y con origen -nunca llamarla pasado- de Raphael. Es un planteamiento cartelístico, de anuncio, un grito contento de buena noticia, pero por supuesto no es un cartel oficial, sino emocional. Y desarrollo su composición eligiendo pocas imágenes, pero sentimentalmente muy densas. Son pocas, sin horror vacui, pero creo que las justas para no causar que se disperse en vaguedades un mensaje que pretendo rápido y directo al corazón de todos.
Querido amigo Raphael: después de este homenaje de los tuyos, de tu ciudad natal, ¿qué obsequio puedo yo hacerle a alguien como tú? Nada mejor hay que te pueda ofrecer que mis dibujos, mis emociones, mis cosas en palabras, todo aprendido en la lección de aquel niño que sólo poseía un viejo tambor. Felicidades.
Beatriz Galiano.



Comments